lunes, 12 de enero de 2009

ASUNTOS NO RESUELTOS

He cambiado muchísimas cosas de mi vida, las circunstancias me han devuelto a infinidad de aspectos de mi pasado que creía resueltos.
Es muy
difícil para los padres, enfrentar sus errores, mis errores han sido muchos: defectos de carácter, de personalidad, de formación, emocionales y bueno, he sido una madre muy disfuncional para mi primer hijo, sobre todo, cuando escucho sus enconados reproches, insultos, desprecios, cuando aun me grita.- ¡Yo no te pedí la vida!- a los 29 años. 

Me siento como al principio, cuando eligió irse a vivir con su padre, siendo un adolescente. 
Obviamente me hace culpable de absolutamente todos lo errores habidos y por haber. Veo el dolor detrás de ese resentimiento, veo a un niño no resuelto, veo al niño reclamàndome atención, afecto, que lo valide y me aterra reaccionar impulsivamente, y en el automático que había olvidado. Nos enfrascamos en una pelea desigual, mi fuerza ya es otra, no siento deseos de llorar, no me afectan sus reproches, siento enojo, mucha importancia, diez años de distancia no me permiten hacerle ver cuanto lo quiero. 
Curiosamente, por los errores cometidos con él, me decidí a trabajar emocionalmente mi vida, en ese entonces despedazada, no se si pude restaurar los pedacitos de cristal que halle en mi interior, lo que si es que pude resolver mi vida, mis conflictos y encontré muchas respuestas en Inteligencia Emocional, si creo en las personas que me ayudaron: Angélica, mi ángel de la guarda, su esposo Alfonso y el Programa de Apoyo Familiar del CUDEC. Libre muchas batallas, me desgarre miles de momentos, recogí los pedazos de piel y reconstruí a la Alma Lilia que había desterrado, la que no quería ver, la que me dolía, la que tenia muy baja auto estima y casi logre un 100% de sanación. 
Ahora tengo 2% no resuelto con este hijo mayor, que aun tiene resentimientos de la persona loca que fui, de la neurótica, déspota, dominante, controladora que fui. 
El reto es aprender a conocer la parte que me perdí de él, aceptarlo con todo lo que es y lo que dice y lo que me reclama, sin esperar que cambie, porque por supuesto tiene razones para él. Aunque yo comprendo que le di lo que tenia, con lo que fui educada, como pude hacerlo y hasta donde me permitió darle. Me equivoqué, fui muy disfuncional, me separé sin resolver con su padre y acepto la parte de mi responsabilidad, pero ya no puedo hacer nada. 
El tiene que hacer su parte, y se que si dice que no fui buena madre, tiene razones de peso para él. 
Él es quien resiente esa parte, y tendrá que buscar en su justo momento, la ayuda que yo busqué en mi propio momento y necesidad.   
No le gustan sus padres, ya nada puedo hacer, lo tendrá que buscar con el psicólogo, psicoanalista, psiquiatra, en inteligencia emocional, en cualquier corriente psicológica que le permita sanar sus emociones.   
Veo el profundo amor que nos tiene detrás de sus palabras, detrás de su mirada de enojo, y eso, no lo ve él. Doy las gracias por el reto que me representa, es difícil, pero no imposible. 
La crisis económica nos reunió y ha sido un proceso muy desgastante, pero que al final, los hijos aman tanto a sus padres a pesar de las conductas más difíciles e incomprensibles, el amor está hecho nudo y solo hay que encontrar la hebra para que fluya con toda la intensidad posible.
Mi hijo regrese para pedirme apoyo, amor, confianza, y yo tengo que hallar la manera de hacerle sentir todo eso que me está pidiendo...Ese es el reto.