sábado, 21 de enero de 2012

Fragmento de una Voz

De Alma Lilia Joyner Vázquez, el Sábado, 21 de enero de 2012 a la(s) 17:29

Tiemblo de pensar, que solo las palabras quedan. Todo es como bruma. La soledad se deja seducir. Siempre le gusté para compañera. Duelen los vacíos. Quedan los silencios. Brilla húmeda la triste melancolía. Tiemblo solo de estar viva. 
Tiemblo de las sonrisas que rememoro. Los ojos destellantes, los labios trémulos, las voces repetidas.
No queda mucho y queda todo. Tiemblo no de miedo, de la agonía lenta. Los cabellos plateados, la mirada de fuego, los caballos alados, de los sueños tardíos. Montada en la oscuridad como amazona invisible. Nada te pido, nada te doy, tengo vacías las manos, ya ni recuerdo como es besar tus labios. no sabría abrazarte en tu delgadez extrema.
Tiemblo al pensarte, la noche de tu cumpleaños engendraste a tu hijo. Vagos son los pensamientos de aquél momento, las sensaciones fueron hechos. Hoy tenemos en común el hijo que nos enorgullece.
Queda tu escultura, las pinturas, los textos que escribí para ti. 

Tiemblo al pensar. tiemblo de saber que sepultado está tu amor y el mío.
Nada te guardo, solo palabras, de que sirven? No hay un solo instante en que te importaran.
Hartan, se que harté tu vida con mis novelas. Y yo lo lamento. Tiemblo al pensar, que solo me quedan las palabras.
Que pena el tiempo sin tu mano, me perdiste, te perdí. 
Ahora solo eres el mejor vecino, en este viejo edificio, de tan vieja colonia, de tan viejos recuerdos.
Tiemblo al pensar que ya fue y solo tengo palabras. Tu, tus esculturas monumentales como nuestra distancia de tantos años. Separados, sin remedio. Todo esta bien ahora.
Para los dos, para ti, para mi...
Ya no hay viento, ya no queda vino, no hay más. Sombras oscuras, solo noches sin estrellas, días que se van.
No queda nada, solo mis palabras para escribir que hubo algo.
Tiemblo al pensar que no hubo nada. Tiemblo al pensar que lo tuve todo contigo y ahora tengo todo sin ti.

Recuerdo de Menta


de Alma Lilia Joyner Vázquez, el jueves, 19 de enero de 2012 a la(s) 18:50
 
Beso tu recuerdo de menta, esa fragancia tuya que se impregno en mi mente, así hueles como pan recién horneado, dulces tus pasiones  pegadas en la alfombra de tu piel. Toma estas brasas que queman la memoria, no son acaso tuyas y mías, no es el calor de aquellas tormentosas citas? Que te quede claro que jamás te olvido! Que no podría, aun estoy lamiendo la profundidad de mis heridas, como loba lastimada, a rastras, sin luz, sin sombra, sin nada.
Llevo un poema escrito con tu boca en el alma, unas palabras que a nadie le suenan, que solo yo escucho, en la penumbra de este silencio, te escribo, te imploro, recojas de una vez las huellas con las que sellaste mi corazón, libérame, que las cadenas son plomo y es tiempo de soltarlas.
Beso tu recuerdo de menta, nada me sabe igual. Aun a solas, percibo que no te has ido. La mente detiene tu paso, en el ruido atropellado de las calles plomizas.
No te aguardo, se que la mente te lleva como una vaga imagen, fuiste, fuimos y ya no somos más que un viento helado que sopla, que hiere, que quema hasta los huesos.
Tengo el sabor de soledad en todo lo que como, hay poco cuando quiero mucho, no estas, que bien y que mal para mis horas, en que beso tu recuerdo de menta.

domingo, 15 de enero de 2012

Silencio

Escribir, con las manos sin amarras, cuando los ojos se desbordan de tristezas incompartibles, el agua salpica la espalda de los descreídos, horas heladas, muertas, vacías, los miedos no existen solo la melancolía.
Abres mi puerta, cierras tus ojos, con la luz de la luna, me buscas a gatas. Estoy aquí, no queriendo estar contigo, soy tu sombra y mi sombra, juntos haremos que vuelva la risa, de los que se burlan del día porque hacen sexo en la noche.
Miro mi cuerpo desdoblándose, como en otra dimensión, no hay voces, no hay bruma, no hay viento, nada, solo silencio...
Quererte, desearte, no hay nada después, nunca hay nada. Me quiero morir cuando sea de noche, con luna llena, con grillos, contigo, que nadie irrumpa, ni tu sombra, ni la mía... si acaso le daré oportunidad tan solo al silencio de tus ojos vacíos... Puedes ver mi desnudez, ya nada me importará, estaré dispuesta contigo y sin ti, me dará lo mismo....

De: Alma Lilia Joyner V.

...Si acaso me ves

No me preguntes nada. Solo acepta que estoy frente a ti. abraza mis palabras que las tuyas las tengo acuñadas en la sangre. Tatuado permaneces no invisible, mi alma hecha jirones a veces mutilada, mordida, herida, aferrada a la vida, cuelga en el firmamento solo de noche. De noche vivo la intensidad de mis pasiones, letra a letra como puntos suspensivos sobre tu piel ya casi olvidada. Desposada y separada en la bruma, los recuerdos primeros, se han desprendido como piel de víbora. Tengo renovados los bríos y he cabalgado bajo el sol, bajo la luna, bajo estrellas luminosas que se van añadiendo sobre mi espalda como un velo transparente. Si acaso me ves cabalgar sobre tu suelo, solo déjame pasar. No quiero reconocer tu voz, no necesito engrillar tus brazos, no quiero ni sentir tu respiración ni tu aliento cerca, solo quiero mirar tus ojos que buscan los míos... Si acaso me ves... hazlo en silencio.

De: Alma Lilia Joyner V.
Dedicado a Sergio Avalos Félix (1998)

Si me lleva estoy lista


De: Alma Lilia Joyner V.


No siento miedo, la helada muerte ya me jala, resisto sus devaneos nunca me ha importado. Que venga, que me respire en el cuello, que brame de enojo, hace tiempo preparé mis maletas. Nada me llevaré, a nadie importunará mi partida. No siento miedo, tengo la corazonada que será como un secuestro exprés... A la muerte la tengo sentada junto a mi, ríe, se carcajea, se burla y me da lo mismo. No tengo cuentas sin pagar, ni debo ni me debe nadie. Que venga, no le temo, ni siquiera le huyo, su sonrisa desdentada me tiene sin cuidado, antes ya se ha demorado, porque le simpatizo un poco.
No siento miedo, tengo la confianza que será un camino seguro, no habrá regreso, de eso tengo la certeza... Nada me llevo y nada dejo, hay de sobra en el universo... quizá los ojos del cielo me miren con compasión. La luna llena, el frío intenso y yo, paciente, libre cuando me llegue la hora. No temo, estoy tranquila, totalmente en paz. A veces pienso que será un momento y nada más.
Hace muchos años escribí mi epitafio, en breve pagaré un servicio fúnebre que no les dejé problemas a mis hijos, son ellos los que me importan, cargar al muerto si que pesa, yo voy ligera, sin pretensión alguna, tal como llegué al mundo lo dejaré y que venga, a la hora que tenga que venir, no siento miedo es algo que no habrá que lamentar, que me dejen ir, que se suelten las amarras, que sople el viento frío y la oscuridad me cobije de pronto, nada me llevo, nada dejo, me suelto con la libertad que me dio mi madre desde el día en que nací.
Existe algo mejor que morir libre? No lo creo, no siento miedo, estoy en paz!!

Fuego y Agua


De: Alma Lilia Joyner V.

Siento fuego y agua en las paredes de mi interior. Un fuego que no se extingue, constante, siempre encendido, un fuego que llena, que abruma con su calor, un fuego que expande sus llamas sobre el teclado, un fuego que me persigue desde niña y ha crecido como un dragón de dos cabezas, este fuego es intenso, a veces lánguido, a veces desaparece, y cuando creo que no regresará, se enciende con tal fuerza devastadora y me deja sin aliento. Así siento el fuego, un fuego fatuo, un fuego eterno.
y el agua que como ríos busca veredas dentro de mi alma desolada por el viento, con el beso de vida que inspira todo, el agua transparente, muy cristalina, el agua que refresca mis humores y lava las heridas, el agua que mitiga la sed de mi errática vida. El agua penetra suave muy suave, el agua baña el dolor, atenúa el sufrimiento de un fuego interior que quema, que brota, que me atrapa y me acongoja. Fuego y agua siento en mis adentros, fiebres sin remedio, un grillo canta sincero y agradezco su entonación, miro despacio al espejo, me reflejo con los años vividos a cuestas y nada cambiaría, nada, todo me gusta de mí. El fuego y el agua, el agua y el fuego, así he vivido la vida, entre dos elementos sin importarme los demás, mal agradecida por momentos y al final los integro en mi corazón.
Nada tengo, nada quiero, con la edad las necesidades decrecen, no hay quien nos arranque los recuerdos, la oscuridad y la luz, todo nos colma, nos envuelve, con la edad, fuego y agua se entremezclan, todo es claro, no hay bruma que dure, no hay sol que deje de brillar, fuego y agua son amantes y del vapor los hijos de la soledad.
No me apura nada, el fuego ahora es abrigador, no temo el invierno, las cuatro estaciones cuentan mi historia, tengo agua para el sediento, sin egoísmo, sin control, tengo las manos encendidas para ofrecer fuego lento, fuego lento... Así lo siento navegando mi interior.