Beso
tu recuerdo de menta, esa fragancia tuya que se impregno en mi mente,
así hueles como pan recién horneado, dulces tus pasiones pegadas en la
alfombra de tu piel. Toma estas brasas que queman la memoria, no son
acaso tuyas y mías, no es el calor de aquellas tormentosas citas? Que te
quede claro que jamás te olvido! Que no podría, aun estoy lamiendo la
profundidad de mis heridas, como loba lastimada, a rastras, sin luz, sin
sombra, sin nada.
Llevo un poema escrito con tu boca en
el alma, unas palabras que a nadie le suenan, que solo yo escucho, en la
penumbra de este silencio, te escribo, te imploro, recojas de una vez
las huellas con las que sellaste mi corazón, libérame, que las cadenas
son plomo y es tiempo de soltarlas.
Beso tu recuerdo de
menta, nada me sabe igual. Aun a solas, percibo que no te has ido. La
mente detiene tu paso, en el ruido atropellado de las calles plomizas.
No
te aguardo, se que la mente te lleva como una vaga imagen, fuiste,
fuimos y ya no somos más que un viento helado que sopla, que hiere, que
quema hasta los huesos.
Tengo el sabor de soledad en todo
lo que como, hay poco cuando quiero mucho, no estas, que bien y que mal
para mis horas, en que beso tu recuerdo de menta.
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